IMAGEN Y ANTIGÜEDAD
   
 
  CINE INDEPENDIENTE II

Continuación de la pestaña de Cine Independiente


CARLOS PALLARÉS

Fotograma perteneciente a la película Introitus, de Judas a Juan  (dirigida por Carlos Pallarés 1988)           

      Carlos Pallarés es un realizador con una predilección por los temas bíblicos, esta particularidad y su singular estilo a la hora de plantear los rodajes de sus películas le hace atípico dentro del mundillo del cine independiente. La propia temática de gran parte de su producción parecería impensable sobre todo si tenemos encuenta las limitaciones del pequeño formato, como impensable sería construir una gigantesca arca de Noé para su serie El Génesis, o la propia riqueza y colorido del vestuario empleado en sus películas que más bien parece sacado de una superproducción americana. Tampoco tiene reparos en realizar un largometraje parodiando las aventuras de Indiana Jones titulado El árbol del paraiso, con todo lujo de efectos y detalles coloristas. El cine de Pallarés es una especie de imposible que él hace realidad.

     Pallarés nace en Zaragoza en 1953. Desde niño tiene un contacto permanente con el cine, su padre Julián Pallarés se dedicó durante años a llevar la magia del cine a plazas de pueblos y barrios proyectando al aire libre. Es un mundo de aventuras en blanco y negro con algunas excepciones en color, de pipas y caramelos a peseta, de luces que salían del viejo proyector como si fuera una fuente inagotable de fascinación que acunaban la imaginación y los sueños. Pallarés será testigo de esa magia contagiosa que manaba de nuestras plazas de verano y que formará parte de su andadura cinematográfica. Es en 1974 cuando participa de forma activa de aquel mundo envuelto en celuloide, su preocupación por el deterioro del valle de Añisclo servirá para que afronte su primera película, un documental ecológico denunciando su situación y que llevará de nombre Añisclo.

      El cine bíblico constituirá de manera sustancial una gran parte de su producción, realizando diferentes trabajos que se englobaran en dos series: El Génesis y El deseado de todas las gentes, en la que se destaca la riqueza de un vestuario cuyo mérito es debido en gran parte a la colaboración que tiene de su mujer María Ángeles encargada del diseño de producción. Destacable es la habitual colaboración en las películas de Pallarés y en la parte interpretativa del grupo cinematográfico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Zaragoza. De este trabajo en equipo y bajo el nombre de Arte Films surgirán las series antes mencionadas cuyas películas más representativas serán La creación y El diluvio entre otras.

       En los últimos años el trabajo de Pallarés se centra en un cine de diferente contenido, esto se plasma en películas como Cuentos del sol inglés de 1991, un film de pensamiento intimista, Serengeti-límite, punto cero del 92, y que podríamos definir como su encuentro experimental con el vídeo. Otro ejemplo sería Temblores, una comedia realizada también en el 92, sin olvidarnos de la que posiblemente sea su película más emblemática: El árbol del paraíso del año 1989, un film de dos horas de duración y donde caricaturiza al mítico Indiana Jones.

       Carlos Pallarés forma parte del grupo de realizadores que aparecieron en los setenta, y que durante más de veinte años dejaron constancia de su talento. El cine tan especial y colorista de este artista, sirvió para enriquecer el panorama cinematográfico de nuestra Comunidad. Fue miembro de la Tertulia Cinematográfica donde lo conocí, su labor junto a la de otros directores sirvieron para dar un paso importante en el desarrollo de nuestro cine independiente.

EUGENIO MONESMA


       

     Cuando se habla de cine antropológico y etnológico en Aragón es casi ineludible pronunciar el nombre de Eugenio Monesma. El trabajo de investigación realizado por el oscense durante veinte años de andadura cinematográfica es de una envergadura impresionante, aportando elementos y recursos que enriquecen este género documental. Las imágenes de diferentes oficios artesanales, algunos de ellos desaparecidos, así como de tradiciones que se pierden en el tiempo, dan idea de la labor substancial desarrollada por este cineasta para recuperar un patrimonio cultural que es de todos. Posiblemente, el futuro será el que calibre con mayor perspectiva la trascendencia que la cámara de Monesma ha tenido en el conocimiento de nuestras costumbres.

      Eugenio Monesma nace en Huesca un veintiuno de noviembre de 1952. Se interesa por el cine desde la juventud, pero será a finales de 1979 cuando realiza su primer corto: Guernica. Tendríamos que diferenciar dos períodos en la filmografía de este autor. Una de estas fases es la que caracteriza sus primeros trabajos, donde se aprecia una temática de indudable contenido social, destacando: Soldado azul; Jaque de reyes; Último viaje; y Strees. La otra surge cuando conoce a Ángel Gari en 1983, y se integra en el Instituto Aragonés de Antropología, dando paso a sus primeros documentales etnográficos. Los premios y el prestigio que obtiene con su trabajo hacen que desde 1988 inicie una colaboración con la Diputación de Huesca para la realización de diferentes videos. Monesma se sale de la corriente romántica que inspira a un gran número de realizadores de los 80, y mira el cine con un sentido algo más comercial. Será en 1991, y en colaboración con Joaquín Zamora, cuando crea la productora PYRENE P.V., S.L. El equipo se compone de seis personas, y el objetivo no es otro que la realización de una serie, con vistas a su distribución por televisión.

    La actividad desplegada por este cineasta es bastante fecunda, destacaremos el trabajo realizado como coordinador en Zaragoza de las jornadas de Artesanía Viva, que estaban patrocinadas por la Universidad Popular, el catálogo de Cine Etnológico en España para el Ministerio de Cultura, o la dirección del cine club Peña los 30. Numerosas conferencias en universidades y colegios, además de diferentes colaboraciones con medios de comunicación y estamentos oficiales. Como se puede apreciar, la obra desarrollada por Monesma en diferentes apartados relacionados con la etnología es muy extensa, como son la relación de premios obtenidos cifrándolos en números redondos en 200 entre nacionales e internacionales, sobresaliendo la medalla de plata del Festival de Cine Antropológico del Mediterráneo, celebrado en Palermo (Italia), el premio del Ministerio de Educación y Ciencia sobre audiovisuales, los premios del Ministerio de Cultura sobre Artes y Tradiciones, y la medalla Aragón por su aportación a la cultura de esta tierra, y que le fue entregada por la Diputación General de Aragón el 23 de abril con motivo de la festividad de San Jorge.

      Esta seria una breve sinopsis de la trayectoria de Eugenio Monesma, cuya producción consta con un catálogo de más de 300 cortos en su haber, títulos como Navateros; Los cordeleros; Hilario Artigas, carbonero de Agüero; La miel y la cera; y los 52 capítulos que integran la serie Los archivos de la memoria, dedicados a temas de la cultura tradicional, sin olvidarnos de su última película hasta la fecha, basada en la vida de Ramón J. Sender. Su trabajo, como gran parte de los realizadores de su época, es de formación autodidacta que evoluciona de manera constante. Esto se evidencia de manera clara en cada nuevo documental que realiza, con un concepto del plano y la composición que sirve para reseñar de manera afortunada el contenido temático de cada título.

     No quisiera terminar esta descripción de Monesma sin antes hacer mención de una cara menos conocida como es la de actor, que compaginó durante algún tiempo con el cine. La participación activa al teatro viene desde que en 1979 se integra en el grupo La tartana entre cuyas obras montadas destaca U-235. Su participación de actor es más anecdótica que otra cosa, pero no deja de ser interesante para definir la faceta artística de un cineasta cuyo trabajo llena de admiración al crítico más severo. Solo resta expresarle nuestro reconocimiento por rescatar una parte de la riqueza cultural de esta comunidad, que sin duda se hubiera perdido de nuestra memoria.

EDUARDO LABORDA


 

           

     Eduardo Laborda es para mi un cazador de sueños, de historias que pululan en su cabeza y sobre todo de colores que atrapa con el pincel para fijarlos en un enmarcado, en una tela donde la fantasía y la propia abstracción de las formas adquieren vida. El cine abre una nueva ventana para su concepción creativa, el movimiento se libera del cuadro para volverse cuento, incluso los elementos más insignificantes tienen un sentido estético que se salen de una doctrina convencional, una puerta, un río, o un muro, adquieren un significado substancial y en algunos casos turbador, son factores que se repiten y que el realizador busca con el encuadre y el uso adecuado de los planos  su realce simbólico, es un cine diferente y pictórico.

     Laborda nace una primavera de 1952 en Zaragoza. La pintura formará parte importante en su vida, estudia en la Escuela de Artes entre 1964 y 1971 dedicándose a ella de manera profesional desde 1972. Su pintura contiene principios para la reflexión y alegorías que asemejan esfinges y figuras pétreas envolviéndolos en paisajes fabulosos. En 1983 ve en el cine una manera diferente pero al mismo tiempo complementaria para su afán creativo. Laborda considera su experiencia cinematográfica como un juego, apreciación que no comparto porque el trabajo que desarrolla este realizador es mucho más profundo y serio como para encajarlo en una apreciación tan poco valorada. El cine de Eduardo Laborda es de una cierta contemplación donde los elementos, el vestuario y los escenarios son cómplices esenciales en sus historias, a ello se une la estética y el contenido literario, encadenando personajes y situaciones oníricas en un mundo creado y forjado con velos inquietantes.

     En el desarrollo de su trabajo cinematográfico es importante destacar la colaboración que ha tenido de diferentes personas, como su compañera la pintora Iris Lázaro, o el de sus amigos Manuel M. Forega en el guión y de Cesar Sánchez en el sonido, una labor de equipo que nos ha dado títulos entre los que destacamos: Otraosteología del año 1983, El regreso y Márgenes las dos de 1984, Bonanza del 87, o Adorada máquina del 91. En ellos se mezcla un poco el documental, como el trabajo realizado sobre la exposición de Félix Burriel y José Bueno del año 1984, la poesía con versos de Forega para la película Márgenes, y también el misterio en El regreso. Es evidente que el trabajo de este realizador no se puede considerar como una experimentación infantil ha pesar de contradecir con ello su propia apreciación en un acto de humildad. La labor desplegada cinematográficamente es más que interesante y digna de ser proyectada de una manera más asidua.

     Eduardo Laborda colabora en diferentes actividades culturales como la de editor de revistas como La avispa o Pasarela, y ser el autor de dos magníficos libros producto de años de investigación como son Zaragoza la ciudad sumergida, y el que dedicó a Bayo Marín titulado Entre luces y sombras, además de ser miembro de la tertulia Perdiguer y colaborar en otros foros donde se le reclame. Una vida de actividad artística y de creación, de formas e imágenes, de sueños y colores que Laborda nos regala con un guiño cómplice mientras prepara un nuevo cuadro, o una historia con pinceladas misteriosas.

JOSÉ ANTONIO VIZÁRRAGA

           

        Conozco a José Antonio desde las primeras luces de los 80, cuando entré en la Sección de Cine de la S.F.Z. Recuerdo la primera película que vi de este autor: La esquina, un corto que hablaba del amor entre adolescentes y con final semidramático. Nuestros comienzos fueron muy parecidos y ello me ha permitido hacer un seguimiento muy particular de su trabajo, en parte debido al estrecho trato que mantuve con él en dicha Sección de la que fue delegado. Vizárraga es de temperamento introvertido reflejándose claramente en su cine especialmente intimista. Los personajes que dibuja en algunas de sus películas están sumergidos en una cierta abstracción, pero al mismo tiempo son tangibles, esta descripción sería perfectamente válida para definir como ejemplo al protagonista de Color de Luz, un pintor obsesionado por conseguir un cromatismo diferente, cuando lo logra se da cuenta que hay algo más en su búsqueda, el color y la luz es sólo una parte. La obra genial terminará destruida por su propia mano. Esta sería una característica en los personajes de este autor: la búsqueda, la constante búsqueda, el cuadro perfecto.

       José Antonio Vizárraga nace en 1955 en Calamocha. Estudia derecho pero su auténtica vocación está en el cine. En 1979 realiza su primer corto: La ronda. Tiene una valiosa colaboración en su hermano Ángel, excelente actor y que intervendrá en algunas películas de su primera época, destacando principalmente el trabajo interpretativo que desarrolla en El ojo de la cerradura (1983). La producción en pequeño formato que realiza en este período siendo importante, servirá como aprendizaje a proyectos más ambiciosos. La mirada de Vizárraga está puesta en el formato grande (35 mms.), esta fijación le llevara a crear en los 80 en compañía de otros realizadores la productora Cineceta. El proyecto tenía como objeto la realización de películas encaminadas al cine comercial, aunque sus inicios fuesen en pequeño formato, de esta etapa son las películas: Martes 17 a las 9.30 (1984), Su último suspiro (1985) dirigida esta por los hermanos Gotor, y Color de luz (1986) entre otras. Será en 1987 cuando se rueda la primera película en 35 mms. de Cineceta y también la primera dirección de Vizárraga en este formato: Historia de un hombre bueno con un presupuesto que rondaba los cuatro millones de pesetas, podemos imaginarnos el esfuerzo económico que supuso para el grupo. La película tuvo cierta difusión pero ninguna ayuda institucional cosa por otra parte habitual, recibió diferentes premios pero no obtuvo el impulso suficiente que se pretendía. En 1990 llegará su segunda producción grande: Carambú, dirigida también por Vizárraga, un excelente corto pero que desgraciadamente no tuvo tampoco el eco deseado. La industrial comercial tiene sus vías de distribución y eso era algo de lo que carecía Cineceta, de ello hablaremos en otro capítulo dedicado íntegramente a este grupo.

          El trabajo de este realizador aragonés tiene dos etapas diferenciadas: la primera se circunscribe en el pequeño formato, esto es desde 1979 hasta el 87, la segunda se solapa con la creación de Cineceta y el rodaje de Historia de un hombre bueno. El salto al formato comercial fue sencillamente crucial por lo que ello significaba en su futuro cinematográfico y por lo tanto en sus aspiraciones de ver el cine desde el punto de vista profesional.  En 1990 trabaja como realizador en la serie de Tele 5 Su media banana. También colabora en diferentes empresas audiovisuales como: Videar, Cuarzo, y en alguna televisión local. Es importante destacar su afición a escribir que ya había puesto patente en la impecable estructura narrativa de sus guiones. Literatura y cine se mezclan en diferentes momentos de la trayectoria de este cineasta. En los 90, recibe el premio en el apartado de relatos Isabel de Portugal, es en esta época cuando se le publica su primera novela. Aún siendo fuerte su vocación literaria, José Antonio siempre asegura que lo suyo es el cine y en ello sigue trabajando. Me consta que ha tenido también que renunciar y sacrificar muchas cosas en el empeño de abrirse un hueco en la selva siempre interesada de la industria cinematográfica. Actualmente tiene preparado el guión de un largometraje para la pantalla grande con la elaboración de un presupuesto bajo que permita su financiación.

         José Antonio Vizarraga es uno de los directores con más talento que he tenido el privilegio de conocer, con muchas suelas de zapatos desgastadas como ha dicho en repetidas ocasiones, reclamando en los pasillos de las instituciones ayudas para sus proyectos, pero como suele pasar las subvenciones se aletargan o sencillamente no se conceden, terminan cansando y se finaliza buscando en otros sitios lo que no han sabido valorar en casa. Hagamos votos para que alguna vez nuestros responsables políticos que tienen la obligación de cuidar y proteger los valores culturales de esta tierra, no busquen fuera lo que tienen dentro.

ARTURO BRIONES



           

      Mi amistad con Arturo se remonta al año 1983 cuando se acercó por la Sección de cine de la Sociedad Fotográfica de Zaragoza para realizar un cursillo básico, desde entonces algo ha llovido pero sigo manteniendo la relación y solemos vernos cuando se acerca por Zaragoza. Su temperamento no ha variado con el paso de los años, sigue siendo el mismo tipo que vive por y para el cine y como él mismo dijo en su momento se entregó al celuloide porque carecía de vicios caros y eso no podía ser. Cuando llegó a la Sección no terminaba de tener claro si venía como alumno o profesor ya que en clase no era la primera vez que disertaba largo rato sobre los temas que se impartían, sinceramente creo que no necesitaba para nada el curso y vino porque necesitaba el contacto del cine de manera directa. Fue uno de los grandes animadores de las Sección y un excelente colaborador en mi etapa de delegado. Posteriormente Arturo sería nombrado vocal de cursillos en los que él mismo impartió clases.

      La trayectoria que tiene este realizador nacido en Zaragoza en 1963 comienza en el 83 pero no rodaría su primer corto hasta el 85: Flores secas que por diversas circunstancias no terminó. Es en este mismo período cuando en compañía de otros realizadores fundan el grupo Cineceta, desarrollando trabajos de foto-fija en películas como Su último suspiro de los hermanos Gotor y la que sería la primera película en 35 mm del grupo: Historia de un hombre bueno de José Antonio Vizárraga. Todos estos trabajos lo solapa con sus colaboraciones en otros estamentos como por ejemplo el Aula de Cine de la Universidad de Zaragoza y el British Film Institute. Dirige diversos cortos en pequeño formato pero será en 1989 cuando ruede su primera película en 16 mm. y que supondría todo un reto: Como la ortiga segada. El servicio militar sirvió para que realizase cinco documentales encargados por el propio Ejército abordando por primera vez este género.

        Su etapa profesional comienza como meritorio de rodaje en documentales de José Luis Borau, es jefe de figurantes en la producción Las aventuras del barón Münchausen rodada en 1988 y dirigida por Terry William. En el 90 marcha a Londres para estudiar en la London Internacional Film School. Se gradúa en 1992 dirigiendo como final de carrera la película Star too far con el más puro sabor de la ciencia-ficción, género del que es entusiasta. La película fue estrenada en enero del 93 en Zaragoza y fue rodada íntegramente en inglés. La incorporación profesional al mundo del celuloide es compleja y el camino se cubre de baches y en algunos casos de simas que si no se tiene un buen “puente” es difícil de salvar. Briones lo sabe, intenta abrirse paso trasladándose a Madrid donde realiza diferentes tareas en rodajes comerciales. El paso por Madrid está salpicado de altibajos más bajos que altos en la siempre interesada y depredadora selva que es el cine profesional. Su vida está a caballo entre esta ciudad y Zaragoza donde colabora en cortos de otros realizadores desarrollando trabajos de fotografía y dirección artística.

     Arturo Briones continúa en Madrid con diferentes proyectos que estoy seguro que terminarán cuajando porque sobre todo, y si algo define a este realizador como buen aragonés es su cabezonería, testarudez por conquistar un hueco en el panorama comercial de esto que se llama cine profesional, donde se aglutina el talento y también la mediocridad.

CHIRIBITO FILMS



Un momento en el rodaje El asunto Taylor  (1987)


       Chiribito Films fue uno de los grupos punteros de finales de los 70 y década de los 80, con un cine muy propio y heterogéneo en contenidos y temática. Este colectivo estaba formado por Carlos Pomarón (hijo de José Luis Pomarón), Juan José Lombarte y Jesús Ferrer. Los tres miembros se conocían de sus años colegiales, juntos habían estado metidos en diferentes y variadas actividades, una de ellas era la música, crearon un conjunto que interpretaban sus propias canciones. También indagaron en otros campos culturales como la literatura y fotografía. Más tarde verían en el cine, una nueva herramienta para volcar sus inquietudes, será en este medio donde consiguieron mayor reconocimiento a su trabajo creativo.

      Chiribito desarrolló diferentes géneros: la experimentación, el documental, el cine simbólico, el suspense y el policíaco. Destacaremos entre su filmografía, el corto Imágenes del año 1977, este trabajo es una miscelánea de animación y experimentación bastante curiosa, donde se colorearon los fotogramas directamente sobre el celuloide. En el año 1981 ruedan su película más premiada: Pabostría, el corto recibió el segundo premio Rosa de plata en el festival internacional Cinema Amador de Coimbra, también fue galardonada con el segundo premio en el festival de cine de Alcalá de Henares. Esta obra tiene como elemento principal y protagonista, la conocida calle zaragozana del mismo nombre. Otro cortometraje singular del grupo es El asunto Taylor, del año 1987, y dentro del más puro género policíaco, destacando principalmente su ambientación y estructura narrativa del film.

       La filosofía de Chiribito, era la de realizar el mejor cine posible, siendo conscientes de la propias limitaciones del formato, ajustándose a estas para contar sus historias. Un concepto por otra parte realista y del que fueron hábiles expertos para sacar el mayor partido al super-8, esto quedo reflejado de manera clara en sus cortos, con un cine inteligente, mezcla experimental con pinceladas de corte clásico, en algunos casos irónico y desenfadado, pero siempre interesante.

CARLOS CALVO y TASIO PEÑA  (IMÁGENES INDEPENDIENTES)



Carlos Calvo

        

        Mi amistad con Carlos Calvo se remonta al año 1985. Lo conocí en un cursillo que la Sección de Cine de la S.F.Z. desarrollaba sobre realización cinematográfica. Mi trabajo dentro del temario que se había aprobado, era el de profundizar sobre el guión cinematográfico y el manejo de la cámara, esta circunstancia me permitió tener un trato directo con los cursillistas, uno de ellos era Carlos. La primera impresión que tuve de él, era la de un tipo bohemio con pinta de cantante rock que vivía casi para el cine, amigo de coleccionar casi todo lo que se derivaba de ello: carteles, programas de mano, fotografías etc. La parte final del cursillo consistía en el rodaje de un cortometraje, el guión salía de un concurso que realizaban los propios cursillistas. El trabajo de Carlos Calvo fue elegido y El secreto de la gran laguna título de la historia, sería también el nombre de su primera película. Para el rodaje le facilite la Electro LD6 de Yasica, una cámara prácticamente indestructible y que parecía estar diseñada para estos menesteres. Posteriormente en la sonorización, estuvimos Arturo Briones y yo, ayudando a darle el último empujón al cortometraje, que por cierto estaba interpretado por el pintor Pedro Calavia y una niña que era un encanto y cuyo nombre no recuerdo. De esta manera conocí a Carlos, un zaragozano que junto a Tasio Peña están realizando una labor importante en la difusión de actividades relacionadas con el cine, y de las que hablaremos en este capítulo.

       Tasio Peña es un conquense afincado desde la niñez en Zaragoza. Si algo define a Tasio y a sus películas posiblemente sea su particular sentido del humor, es como si en una botella mezcláramos nitroglicerina y un poco de azúcar agitándolo posteriormente. Tiene ideas bastante claras en lo que respeta al cortometraje y su distribución: "...de lo que se trata es que vean tus películas, no hace falta arruinarte realizando cine en 35 mm. con dudosa salida si no esta apadrinado, porque al final terminas con la película debajo del brazo y sin dinero. El futuro y la nueva distribución del corto esta en la red.". Esta percepción que comparto plenamente con Tasio y que por otra parte está en marcha desde hace algún tiempo, tiene la extraordinaria posibilidad de que el cortometraje llegue a todos los rincones con una divulgación difícilmente imaginada, gracias a los nuevos sistemas de comunicación vía internet. Sobre ello, y de sus proyectos, hablé con él en la trastienda de Carlos en una tormentosa tarde de julio, con agua y truenos como banda sonora de apoyo. Tasio es una persona inteligente, abierto y sincero, que junto a Carlos Calvo hacen un equipo capaz de llevar cualquier proyecto a la realidad.

        Carlos y Tasio se conocieron en un certamen de cortos al principio de los 90. Cada uno había realizado cine con anterioridad. La comunión de ideas y conceptos les llevo a perfilar proyectos en común. A ellos se uniría Carmen Navales, juntos fundarían en 1992 Imágenes Independientes, aunque este último miembro derivaría su camino hacia la fotografía . Una vez constituido el grupo, su trabajo se desarrolló en dos áreas diferenciadas, esto es: la realización cinematográfica y el quehacer que durante años han realizado en eventos como maratones de cine, ciclos y semanas culturales, sin olvidar su participación en certámenes, revistas y catálogos generalmente relacionados con el séptimo arte. Un trabajo que normalmente suele estar muy poco valorado, sobre todo si no se tiene ansia de notoriedad como es en este caso.

         La trayectoria cinematográfica de Carlos y Tasio antes de la creación del grupo, tenía un cierto bagaje, Carlos Calvo había dirigido y producido en los 80 películas como Primeras imágenes, su trilogía Contactos A lo lejos. Trabajos principalmente experimentales. Tasio aportaba una producción con tintadas de humor ácido: Abrasiva, Pasiones Turmix, Frigo calorías, Ragazza de mis entrañas, Maruja sangrienta y Temperamento entre otras. Ello indicaba una cierta madurez, elemento importante que sirvió para darle un fuerte impulso desde el principio al proyecto. La producción cinematográfica del nuevo grupo es impulsada substancialmente por Tasio Peña. Entre los cortometrajes de Imágenes Independientes, es destacable la trilogía Crónicas domésticas, uno de los trabajos más divertidos que se han proyectado. La filmografía no es excesiva hasta la fecha, gran parte del trabajo del grupo se ha centrado en la promoción de actividades relacionadas con el cine.

        Posiblemente sea esta la parte más conocida del grupo, la realización de eventos cinematográficos. Tendríamos que hacer referencia en este sentido por la importancia que tiene La vida en sombras, una exposición que ha recorrido bastantes sitios y que se realizó para los circuitos culturales del Gobierno de Aragón, en ella podemos ver diferente material y objetos fílmicos. También es muy destacable las Jonadas de cine mudo de Uncastillo con varias ediciones a la espalda y que se componen de exposiciones, talleres, proyecciones y homenajes como el realizado en su tercera edición a Luis Buñuel. Otra faceta y que tuvo un gran seguimiento, fueron los maratones de cine que se desarrollaron en tres ediciones consecutivas y con diferentes temáticas, el primer año estuvo dedicado al centenario del cine español visto desde la perspectiva del cine independiente, pasando el segundo a la proyección de cine erótico por un lado y al seguimiento de lo que había sido el cine en pequeño formato en los años 60, 70 y 80. La última edición estuvo dedicado a las películas inéditas y que fueron rescatadas algunas de ellas de viejas cabinas de cine, por supuesto no faltaba la proyección de cine independiente, denominador común en estas tres ediciones. A este febril trabajo se suma cursos de fotografía y vídeo impartidos en varios programas de actividades del Ayuntamiento de Zaragoza, y otros realizados en diferentes poblaciones de nuestra Comunidad Autónoma. Todo un ejemplo de dinamismo difícilmente comparable y que se ha realizado siempre de manera altruista.

        Tipos como estos y dicho en tono de total fascinación, son los que en silencio y sin afán de protagonismos, realizan una labor que tendría que hacer reflexionar a más de una Institución, que con más medios son incapaces de llevar iniciativas y menos proyectos. Pero da la sensación que esto es una enfermedad casi crónica en el panorama cultural, esto se pone de relieve cuando gran parte de las actividades en un porcentaje muy elevado, son propuestas de asociaciones que tienen que pasar por un cierto paternalismo Institucional, en espera de la consiguiente ayuda que suele ser bastante caprichosa. Pero ya sabemos que para la cultura hay poco dinero y bastante mal repartido, por eso se admira el trabajo de gente como Tasio Peña y Carlos Calvo, sea este nuestro reconocimiento por su aportación a la cultura en general y al cine en particular.

CINECETA
 

 

     Cineceta fue uno de los grandes grupos de los 80. Surgió de la Sección de Cine de la S.F.Z. Sus componentes eran casi todos miembros activos con una cierta trayectoria dentro del cortometraje. El proyecto de crear una productora que financiasen sus propias películas con la mirada puesta en la pantalla grande, hizo concebir un horizonte casi onírico para muchos. Aquel ideal sustentado principalmente de ilusiones le faltaba base financiera, distribución comercial y apoyo institucional, es decir, carecía de lo necesario para convertir la quimera en realidad, era como intentar cimentar un castillo sobre una base de cristal. No deja de admirar, el trabajo y esfuerzo que desarrollaron por abrirse paso, dejando una estela de buen cine. Sea este nuestro reconocimiento a realizadores como: José Antonio Vizárraga, José Antonio Higuero, los hermanos Gotor, Javier Peña, María José Allueva, José Miguel Villanueva, Arturo Briones, José Ignacio Felices, Tomás Baguer y José Ángel Alegre, ellos fueron los albañiles que pusieron la primera piedra a uno de los proyectos más ambiciosos de nuestra cinematografía.

      Cineceta se crea en 1983, en principio como asociación cultural, pero con la perspectiva de convertirse más adelante en productora profesional. La idea es impulsada por José Antonio Vizárraga, asumiéndose con entusiasmo por realizadores que ven en ello una salida profesional a sus inquietudes cinematográficas. Los primeros trabajos de este grupo son elaborados en pequeño formato y con temática muy variopinta. Será en 1984 cuando ve la luz su primera producción: Martes 17 a las 9.30, que surgirá como consecuencia de un concurso de guiones realizado en el seno del grupo. Este corto dirigido por Vizárraga, delinea unos personajes sumidos en una concepción revolucionaria de la vida, pero al mismo tiempo acomodados en la sociedad a la que pretenden cambiar. El título de la película hace referencia precisamente a una de estas reuniones clandestinas. En 1985 se estrena uno de los cortos más curiosos de Cineceta: Su último suspiro. El trabajo se basa en la autobiografía de Luis Buñuel: Mi último suspiro, y de el se extraen personajes como Lorca y Dalí que junto a Buñuel fueron compañeros de correrías en la residencia de estudiantes de Madrid. Tanto Juan Isidro como Servando Gotor, se encontraron con la dificultad de contar en unos 17 minutos que duraba el corto, la particular personalidad del universal director y sobre todo llevarla a la pantalla. El estreno se realizó en el Teatro del Mercado, tantas veces reivindicado para proyecciones de este tipo. La presentación de la película corrió del que sin duda es el mejor conocedor de la obra de Buñuel: el historiador Agustín Sánchez Vidal. Un año después, en 1986 se proyecta en el colegio mayor Pignatelli un nuevo trabajo: Color de luz, posiblemente la mejor película de José Antonio Vizárraga y de la que hablamos en el anterior capítulo. Las producciones de Cineceta eran prácticamente anuales y con un cierto marqueting, cosa muy inusual para el pequeño formato. Diferentes miembros del grupo fueron pasando por la realización con mayor o menor fortuna, y juntos irían completando una filmografía bastante que aceptable.

       Cineceta no vería cumplida sus aspiraciones de realizar cine en formato grande, hasta 1987 adoptando el nombre de Cineceta P.C., S.A.. Es en este momento cuando se dará el salto, pasando de asociación cultural sin ánimo de lucro a productora profesional, como podemos ver un cambio bastante cualitativo. Su primer proyecto en 35 mm. se llamará: Historia de un hombre bueno, con guión y dirección de José Antonio Vizárraga y un presupuesto de unos cuatro millones de pesetas. Tantos millones como promesas falsas. El corto casi mediometraje, conseguirá algunos premios en diferentes certámenes, pero no el eco que se esperaba. En 1990 se produce Carambú, también dirigida por Vizárraga y que tendría en la participación como actor de José Antonio Labordeta su mayor exponente. No supero a la anterior producción en cotas de relevancia a pesar de considerarlo para mi gusto un excelente trabajo, siempre en la línea creativa que Vizárraga aporta a sus películas. Se esperaba que estos dos cortos fuesen el preámbulo para un futuro largometraje que nunca se realizo. Después de estas producciones y rotas de alguna manera las expectativas que se tenían, algunos miembros de Cineceta comienzan por cuestionar su propio futuro dentro del grupo y terminarán abandonando el barco. Desde fuera, y como espectador, soy de los que piensa que estas dos producciones en formato grande, supuso un esfuerzo mayor del que se podía soportar, desgraciadamente carecieron del eco a nivel institucional que se merecían, o por lo menos no fue suficiente. No tuvieron el cauce y la distribución necesarias para sacar las producciones adelante y ello terminaron por ahogar a Cineceta y a sus sueños.

       Esta sería la historia de una productora aragonesa que tenía gente con talento para desarrollar y hacer cine, pero con carencias fundamentales para que su andadura tuviera algo más de éxito dentro del mundo empresarial y comercial. Un grupo que no solamente se anclaba en la realización, es de destacar en este sentido los cineforum y cursillos que elaboraron en su época de asociación cultural, como el impartido para los alumnos del colegio San Agustín, actividades que por otra parte iban encaminadas a la difusión del lenguaje cinematográfico en diferentes esferas. La vida de este grupo fue intensa y apasionante en todos los sentidos, me quedo con lo mejor de Cineceta como es su trabajo. Se puede asegurar que pasara a la historia cinematográfica de nuestra comunidad, como el penúltimo intento para construir cine desde aquí. Posiblemente después de Moncayo films fue el propósito más serio para conseguirlo.

ANDANZAS CINE

El grupo de cine Andanzas al completo




Un momento del rodaje Diálogos en silencio  (dirigida por Armando Serrano 1990) con Ana Cristina Mateo premio a la mejor actriz en el Certamen de Cuenca y Marco Antonio Sarto. En el centro el autor de esta página.

     Hablar del grupo Andanzas, es como rememorar un poco mis propios orígenes cinematográficos, cargados de momentos que se recuerdan con especial agrado, dicha esta confesión, intentare en la medida de lo posible separar estos sentimientos personales, para elaborar lo más objetivamente, un retrato de lo que fue y supuso este colectivo en el panorama cinematográfico de nuestra Comunidad. Los primeros pasos del grupo habría que buscarlos en 1981, cuando se presenta el largometraje titulado Andanzas, dirigido por Juan Carlos Del Río y Armando Serrano, un documental sobre Aragón, fruto principalmente de los 23 años que tenían sus autores, trabajo de formación autodidacta, filmado en pequeño formato, falto de medios pero con la suficiente fuerza como para que fuese proyectado en diferentes colegios, sobre todo porque no existían trabajos monográficos de esa envergadura y porque se proyectaba gratis. Por si fuera poco en el 82 aparecerá su segundo largometraje: Homenaje, dedicado a las casas de cultura que empezaban a crearse en nuestros barrios centrándose en la de San Juan, una película muy emotiva para los vecinos y que tuvo el reconocimiento del propio alcalde de Zaragoza, Sr. Sáinz de Varanda. Desde 1981 nuestros jóvenes autores formarán parte de la Sección de Cine de la S.F.Z. pero no será hasta 1983 cuando dirigen sus dos primero cortometrajes: Luz de atardecer y El último trayecto, de temática variopinta como la tercera edad y la droga pero con un denominador común: la marginación. Los siguientes trabajos se realizarán ya con la denominación de grupo Andanzas, comenzando un nuevo e interesante periplo que intentaremos desarrollar en este capítulo.

       La sección de cine supuso un paso muy importante, el contacto con diferentes realizadores y fotógrafos daría pie para desarrollar proyectos difícil de abordar sin un equipo humano de cierta consistencia que fuera capaz de producir sus propios cortos. Fruto de este enriquecimiento de conocimientos e ideas surgirá Andanzas Cine. La estructura del nuevo grupo se compondría de la siguiente manera: cámaras y dirección Juan Carlos Del Río y Armando Serrano, fotografía Jesús Ginés, Antonio Alconchel y Marco Antonio Sarto, iluminación Eusebio Peiró y Pedro J. Laguna, electricidad y efectos Miguel García, coordinación y tesorería Enrique Toha. A esta organización, se añadiría las colaboraciones prácticamente habituales del grupo de teatro Torres Naharro, la voz en off de Pablo Jesús o el trabajo de Alfredo López entre otros. La realización de cortos era autofinanciada por el grupo mediante cuotas mensuales, lo que les permitía huir de la paternal y caprichosa subvención, teniendo al mismo tiempo completa libertad para trabajar. El proceso de producción empezaba con el guión, este pasaba por todos los miembros del grupo realizándose las correcciones necesarias, con ello se pretendía la implicación de sus componentes desde el principio asumiendo cada uno su tarea. La organización era llevada por el propio director de cada corto y el control económico de la producción por el tesorero.

       La primera película del grupo y posiblemente la más emblematica se titulara Erase una vez un payaso, realizada en el año 1984. Es difícil en tan poco espacio contar el tremendo esfuerzo que se desarrollo: ensayos, iluminación, sonido, movimiento de actores eso sin contar la hora de reloj que se necesitaba solo para maquillar al protagonista, además de cambiar el amueblamiento y decorado de una misma habitación al rodar escenas paralelas etc., alrededor de 5 meses largos de trabajo, solo en anécdotas se podría escribir un libro, una de ellas sucedió en pleno rodaje justo cuando el protagonista necesitaba de más concentración. La habitación donde se estaba trabajando daba  a  un patio de luces, unas vecinas se estaban contando su propia película en voz alta alterando la atención prácticamente de todo el mundo. Cansado, el protagonista abrió la puerta del patio ordenando silencio. Todo ello en una situación normal hubiera acabado en bronca de no ser la particular pinta del actor, que iba vestido y maquillado de payaso, ello produjo una mayúscula sorpresa a las señoras que nunca habrían podido imaginarse tan curioso vecino, cerrando inmediatamente sus respectivas puertas. De esto se estuvo hablando en toda la comunidad durante semanas. El estreno tuvo lugar en la Sección de cine de la S.F.Z, proyectándose dos veces para dar cabida a todas las personas que querían verla, lo que supuso en sí mismo un pequeño éxito. La película producía diversas sensaciones en el público, especialmente exigente del pequeño formato, fue vilipendiada por una parte y elogiada por otra, lo que significa que no paso desapercibida. Sencillamente se hablaba de marginación y soledad en forma de cuento, la historia típica de un payaso melancólico que no hacía reír a los niños y que buscaba un sitio en una sociedad "perfecta", para reclamar su derecho a vivir. Es destacable la interpretación de Toni Sarto en el papel de payaso

        El trabajo del grupo siguió febrilmente. Su comienzo había sido prometedor, desarrollando una forma alegórica de denuncia social dentro del cortometraje. Una parte de la temática que se realizaba por aquella época, era de tipo político, la democracia estaba dando todavía pasos pequeños, el "Tejerazo" estaba presente en gran parte de la sociedad y ello tenía una cierta influencia en los jóvenes realizadores, otros sin embargo, se decantaban sencillamente por contar historias absolutamente ajenas a casi todo, pero pocos eran los que apostaban por un cine social y comprometido, Andanzas vino a llenar ese hueco y lo hizo sin ruido. En el año 1985 verá la luz su segundo corto: Ritual del Pazuzu, o como diría un componente del grupo "la película maldita" por las circunstancias adversas de todo tipo que tuvo el rodaje, creo que su mayor mérito es sencillamente el haberse podido terminar, hubo dos fallecimientos de personas vinculadas al grupo y que afectaron de manera importante la marcha del corto, una película que por otra parte hablaba de la muerte. La historia contaba un curioso funeral en el que al muerto le era permitido asistir a su propio entierro, con la desagradable sorpresa de tener que escuchar los comentarios no muy favorables que de él hacían sus amigos. En ese mismo año se rueda Tiempo azul, una historia de amor protagonizada por dos personas de edad madura, que tienen que huir de casa por la incomprensión de sus respectivos hijos. En el 86 se estrenará la que sin duda es la mejor película del grupo y la más premiada en diferentes certámenes: Detrás de la ventana, el film cuenta la historia de un disminuido mental y de su hermana que tiene que hacer frente a una sociedad insolidaria, todos los acontecimientos que se narran son verídicos. Esta película recibió en el festival de cine de Cuenca el premio a la mejor película argumental, mejor dirección y mejor actriz. En 1987 se realiza El carrusel de los sueños una adaptación moderna del cuento de la lechera. En el 88 La pesadilla la película más desafortunada con diferencia, de ambiente policíaco con psicópata incluido y fuera del cine social habitual del grupo. Será en 1990 cuando Andanzas rueda su última película: Diálogos en silencio, que es lo mismo que hablar de incomunicación y soledad, después, el grupo desaparece. Andanzas formó parte del núcleo que daría pie al Colectivo Artymagen en 1987 y en el se integraron sus componentes desde el principio.

        Esta sería a grandes rasgos la historia de un grupo muy querido por mí, y que dejó su impronta en el panorama del cine independiente de los 80. Criticados y felicitados, no dejaron impasibles sus películas y adquirieron un prestigio que aún se recuerda en certámenes a nivel nacional. Sus películas están todavía en vigor cuando se habla de marginación y soledad.


COLECTIVO ARTYMAGEN



Cartel de la película Shangai  (dirigida por Carlos García 1995)

 

      Cuando el Grupo Andanzas se fusiona con el recién inaugurado Colectivo Artymagen en 1988, Colectivo en el que por cierto “Andanzas" había colaborado a su creación, quiso que su última producción dos años después fuera rodada en su seno: Diálogos en silencio. Sería el punto y final de un grupo del que ya hemos hablado y que dejó una estela importante. Durante los años siguientes, Artymagen no adentró en la producción cinematográfica principalmente por falta de medios, era un grupo en pleno desarrollo y que daba sus primeros pasos con todos los problemas que ello conlleva y el principal como nos podemos imaginar  era el financiero, además de definir su propia identidad como Colectivo que sería pronto zanjado. La entrada de savia nueva como los hermanos Alfredo y Carlos García, y las propias ganas de afrontar un reto como era la realización del primer corto de la era Artymagen y a la que se unió la experiencia del antiguo grupo Andanzas, sería el desencadenante que daría pie a su primera producción: El cuadro.

        Sería en 1994 cuando se dio forma al corto en la que intervinieron varias personas. La idea original de la historia partió de Santiago y Carlos García,  Alfredo García se encargaría de escribir el guión literario  y el autor de este articulo confeccionaría el técnico para posteriormente dirigir la película. En ella trabajaron un número importante de gente: Luis Hijazo y Miguel Molina en la toma de sonido, Eusebio y Santiago Zalba en la iluminación, Ernesto Cossio y Octavio Pardos en la composición musical, en la cámara y el montaje estuvo Carlos García y como encargado de producción Alfredo García. Todo un gran esfuerzo que según mi opinión sirvió para realizar uno de los cortos más logrados del Colectivo. En cuanto a la parte interpretativa es destacable Nacho Tabuenca que venía de interpretar películas del grupo Andanzas tan significativas como Detrás de la ventana. A este actor se unirían  María José Granged y Luis Miguel Domínguez, este último se convertiría en el actor principal del Colectivo Artymagen y en su compositor musical. La historia se basaba en la vida de un pintor fracasado y de su particular vecino a quien le regala un cuadro. Este, con graves problemas económicos y alguno que otro mental, decide matar al vecino pintor y después vender el cuadro en la creencia  que con la muerte de este se revalorizaría. En fin, casi como la vida misma.

          En 1995 Carlos García realizaría su primer cortometraje y la segunda producción del Colectivo: Shanghai. El equipo de rodaje sería muy semejante a la primera producción con algunos cambios: en el montaje se encargaría esta vez Alfonso Rosado y en la parte interpretativa se incorporarían Chema Novoa, María Jesús Aisa y Pablo Broto que se unirían a Luis Miguel Domínguez. La parte musical estaría compuesta e interpretada por Rosa Sole  y Raúl Kerkoff. Una historia por cierto y llevando con esto la contraría a su director muy bien desarrollada. Cuenta la vida de un crítico musical que utiliza las ondas de radio en un maratoniano programa para ensañarse de manera despiadada con un grupo musical: Shangai. Una pesadilla un tanto premonitoria le hace reflexionar sobre su actitud para con este conjunto. El guión muy bien construido, sería escrito por Juan Pablo Ortiz de Zárate que trabajaría posteriormente en otras producciones del Colectivo.

         En este mismo año del 95 se realiza un audiovisual titulado Mi pantalla mágica y que era un homenaje a los 100 años de cine. El proyecto se realizó de manera original como un audiovisual fundiendo imágenes (diapositivas) con sonido. MK digitales o lo que es lo mismo Miguel García y Cristina Solanas se encargaría más adelante en transformarlo en formato digital. El innovado documental  utilizaría la voz en off de un viejo conocido colaborador del grupo Andanzas: Pablo Jesús López. En la foto fija trabajarían Santiago Zalba y Marco Antonio Sarto y con la colaboración especial de Miguel Villegas, el guión y la dirección corrió a cargo del autor de este artículo.

          En 1996 Artymagen producirá Obsesión con un elemento innovador como es la utilización del ordenador en el montaje y realizado por MK Digitales. Esto supondría una auténtica revolución en las expectativas del cortometraje y un avance cuantitativo de especial importancia. El guión y la dirección correrían una vez más del autor de este artículo. La interpretación sería en sus papeles principales de Luis Miguel Domínguez, Chema Novoa y María Jesús Aisa. La composición musical y la interpretación de la canción estarían a cargo del propio Luis Miguel, las cámaras y el sonido se lo repartieron Carlos García y Juan Carlos Moreno Lobera y la iluminación de Santiago García y Eusebio Peiró. La película se adentra en un conflicto puramente psicológico, la pérdida de un amor que entra casi en lo onírico hace que el protagonista no acepte su ausencia construyendo un fantasma a la medida. El conflicto llega a su punto cuando el fantasma y la realidad se encuentran, entonces se producirá la locura y con ella la tragedia.

           El título Tragantúa PC es sin duda el corto con el guión más original de los producidos hasta la fecha por Artymagen. Esta realización se remonta al año 1998. El fenómeno social de las comunicaciones “Internet”  y el uso casi obsesivo del ordenador fue la inspiración de esta película. El corto es una alegoría sádica a las horas que el ordenador devora de nuestras vidas, el ordenador de Tragantúa sencillamente se come literalmente a todo aquel que lo maneja. La interpretación estuvo a cargo de otro viejo conocido de Andanzas: Marco Antonio Sarto acompañado de Alfredo García. El equipo de rodaje sería similar a otras producciones del Colectivo esto es: cámara Juan Carlos Moreno Lobera, scrip Adolfo Gajón, foto fija Pablo Broto, música Luis Miguel Domínguez, montaje y efectos Miguel y Cristina (MK Digitales). El guión y la dirección corrieron por parte del autor de este artículo.

          El año 1999 fue el del estreno como director de Alfredo García que se enfrentaba con su “ópera prima” titulada Sin frenos. El cortometraje estaba basado en un guión de Juan Pablo Ortiz de Zarate. La historia comienza con la partida frívola protagonizada por un grupo de amigas, la perdedora tiene que pagar una prenda poco apetecible como es la cita a ciegas con un chico que sus amigas elegirán. Se realizó un gran esfuerzo para la realización del corto, la interpretación  fue más amplia de lo normal, en ella estuvieron María Jesús Aisa, Pablo Lozano, Pilar Berdun, Manuel Santander, Belén Rueda, Marta Rabadán y Cristina González entre otros. En la foto fija trabajo Oskar Loma, de la iluminación se encargo Santiago García,  con las cámaras estuvieron Carlos y Miguel García, en la edición digital Cristina Solanas y Miguel García, el maquillaje de María Jesús Aisa, en el apartado del scrip Esther Colas, la música estuvo compuesta e interpretada por Rosa Sole, Raúl Kerkhoff y Guisante. Como podemos ver un gran esfuerzo de personal para una producción que puede considerarse como interesante.

       Poco después en el 2000 llegaría El cuentacuentos, personalmente fue un reto para mi. Al reducido espacio con el que se disponía para dar sensación de angustia, había que sumar los 11 actores y cámara que tenían que moverse por ese mismo lugar, todo ello llevó al estudio preciso del espacio y volúmenes de la sala hasta puntos obsesivos. La historia es un discurso sobre la libertad en una sociedad futurista donde la realización de cualquier desarrollo creativo y pensamiento individual estaban prohibidos, incluso la lectura era considerada como una actitud grave de rebeldía ante el “Gran Consejo”. La libertad terminará por abrirse paso gracias a la abnegación de un grupo de “sediciosos” que tendrán que enfrentarse a la represión y al consiguiente antídoto por su comportamiento: las terribles casas de reeducación mental. El amotinamiento de uno de aquellos antros y la lectura final de un pasaje del Quijote será una ventana abierta a un futuro esperanzador. La película tuvo numerosos ensayos, sobre todo para acostumbrarse al menguado espacio. Todos los movimientos estaban ensayados de antemano por lo que el rodaje se realizó en tan solo dos días. El cuadro de actores estaría formado por Tomás Martín, Lilian Violade, Luis Miguel Domínguez, Rubén Serrano, Khadija Jermuni, Oskar Loma, Julio Molina, Eusebio Peiró, Alfredo García, Adolfo Gajón y Víctor Puga. El equipo de rodaje estaba compuesto por Miguel García en la cámara, en el montaje Cristina Solanas, foto fija de Pablo Broto, música de Luis Miguel Domínguez, carátulas y diseño gráfico Santiago García, como ayudante de dirección se encargo Juan Pablo Ortiz de Zárate que realizó un trabajo de apoyo importante, y en el guión  y la dirección el autor de este artículo.

         El segundo cortometraje de Carlos García llegaría en 2001, un trabajo de contexto puramente psicológico donde el miedo irracional es capaz de llevar al protagonista a situaciones terribles, el corto llevaría por título: Miedo. El trabajo sería llevado de manera eficiente por su director creando situaciones muy logradas como la escena del bar donde tiene lugar  el desenlace final de la historia. La película estaría interpretada por Marco Antonio Sarto, Víctor Puga, Tasio Peña, Esther Colás, Santiago García, Pablo Broto, Jorge Lacasta, Julio Molina, José Luis Corral, Oskar Loma y Armando Serrano. En las cámaras estaban Alfredo García y Esther Colás en la edición digital Esther Colás y Santiago García, en la foto fija Víctor Puga, del maquillaje se encargo María Jesús Aisa y de la música Luis Miguel Domínguez.

         La actividad actual del Colectivo en su área de cine y audiovisual se basa en reportajes de exposiciones y acontecimientos relacionados con las actividades propias de Artymagen sin descuidar otros proyectos que están en estudio. Las proyecciones de ciclos comerciales y cortos de otros grupos son también una parte destacada en el desarrollo y difusión del cine dentro del Colectivo, así como la preparación de cursillos sobre el guión cinematográfico.

        La labor del Colectivo Artymagen en el cine es muy variopinta. El trabajo de diferentes directores con sus particulares puntos de vista: el cine de Carlos García con sus cargas  psíquicas, el de su hermano Alfredo con una concepción especial de las relaciones personales, o el propio de un servidor que sigo manteniendo un concepto de cine social heredado de mi viejo y querido grupo “Andanzas”, hace que no se tenga un rasgo definido haciéndolo rico en matices y sobre todo en su concepción personal. El cine de Artymagen no tiene una unidad porque diferentes son sus creadores, sus métodos y sus ideas, haciéndolo según mi opinión atractivo y fresco.

 
 

Armando Serrano











AUTOR DE LA PÁGINA : ARMANDO SERRANO
 
"Un poco de todo y un mucho de nada"
Hermann Hesse
 
"Siempre tiene que existir un ejemplar de mi especie, de lo contrario se extinguiría la revolución y la lucha de la fantasía contra la maldita realidad."


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"Lo bueno del cine es que durante dos horas los problemas son de otros."
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“La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos”.
 
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